domingo, 27 de enero de 2008

Impresiones: Tucumán

La llegada

Luego de un viaje que hoy recuerdo como interminable por una llanura que parecía tampoco tener fin llegamos a San Miguel de Tucumán. Hundida en temperaturas superiores a los treinticinco grados, la capital del Jardín de la República se convertía en un refugio para la selvática vegetación, abrazada por la espesa humedad.




Frente e interior de la casa de tucumán




Únicamente por la noche la temperatura descendía a niveles tolerables para mi cuerpo y entonces salía a caminar por el centro. Con la plaza como eje de referencia, los atractivos turísticos no escapaban a los doscientos metros a la redonda. La histórica Casa de Tucumán, donde los congresales declararon la independencia nacional se lleva toda la atención de los viajantes, en su mayoría nacionales, aunque muy pocos en comparasión con otros sitios del país. Por entonces me di cuenta que estas tierras que tan fructíferas fueron a la hora del parto de la nación hoy se encontraban abandonadas en el desinterés y el abandono. San Miguel, ciudad estancada en el tiempo, sucia y oscura sus calles por donde circula la gente. Las antiguas casas observan entristecidas por el paso de su vida como todo aquello venía en decadencia, mientras que sus pobres hijos eran cada vez más.





Casa de Gobierno de Tucumán


La gente


Siendo en su mayoría humilde, "el tucumano tiene fama de chorro" decía mi viejo. Con ritmo lento y despreocupado, el tucumano camina mientras el mundo corre pero en esa frenética carrera hacia la muerte nada se gana. Para nosotros, los porteños, la pérdida de tiempo es prácticamente una inmoralidad, pareciera ganársele momentos a la muerte si uno se maneja con mayor velocidad, pero pese a esta creencia todos sabemos que el momento llega y eso es lo que nos iguala inevitablemente.




Catedral de Tucumán - muy similar a la Catedral de Buenos Aires -



Por desgracia ninguno de los gobiernos que administraron la provincia han sabido socorrer a este pueblo de la miseria. Muchos de ellos han llenado sus arcas de verdes. De una u otra manera, la dirigencia está en deuda con el pueblo tucumano, el pueblo está en deuda consigo mismo, y por ello mismo me explico la aparición de la guerrilla hace unos años en los montes.


La selva




Si uno toma la ruta que conduce hacia Salta desde San Miguel se encontrará con un pueblo llamado Tafi del Valle. El camino que conduce a este sitio trepa por entremedio de la selva y los montes tucumanos. Cupida, la región selvática se mantiene poco manipulada por el hombre. Al mirar aquellos lugares peligrosos no dude en pensar en las guerrillas que viven en estos lugares inóspitos, y me pareció en este sentido admirable la supervivencia en el ella. Dificil ha de ser la búsqueda de personas dentro de esa amalgama de vida animal y vegetal, siempre la selva ha sido amiga de la resistencia armada. Sin dudas un lugar para gente especial, sin que ellos se sientan mal por ello.

Fotos tomadas desde Google Earth

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Che la fotito de la casa de gobierno de noche es mía loquito. Podrias haber puesto alguna tuya durante tu sufrida visita por estos lugares. Saludos!

Anónimo dijo...

Por cierto mi nombre es Daniel Ruarte. Para que no quede como anónimo. Saludos de nuevo!