domingo, 3 de febrero de 2008

Impresiones: Salta

Tras la desilución que me provocó la visita a Tucumán llegué a la ciudad de Salta. Con una amplia autopista, cada mano separada por una fila de palmeras, Salta demuestra ya desde su entrada que en ella se esconde un sitio de mayor desarrollo turístico. Y esta primera impresión se la puede confirmar en los días sucesivos: hoteles llenos de estadounidenses, franceses, alemanes, españoles y bolivianos eran una prueba irrefutable de este boom turístico. Por cierto las instalaciones eran acordes a esta exigencia: la calidad hotelera era mayor, el trato de la gente era cordial, la oferta comercial estaba a nivel internacional. Con precios bajos, el comercio en Salta es fundamentalmente de artículos indígenas, aunque también había negocios extranjeros y algunos otros parecidos a lo que nosotros conocemos como la zona del once. También existen numerosos hippies, que en las ferias se entremezclan con el desarrollo comercial de la zona.









Entrada a la ciudad de Salta


El tren de las nubes no funcionaba mientras yo estuve en la ciudad. Tampoco pude ir a Cachi por una tormenta ni a la salinas ni a Iruya, pueblo antiguo que se encuentra en medio de las montañas. Seguramente quedarán como una cuenta pendiente para un próximo recorrido.





Quebrada de Cafayate





La penetración trasnacional




El turismo internacional puede que sea la cara más feliz de la penetración trasnacional en Salta. Es visible que la modernización ha tocado a esta ciudad. Sin embargo, está perdiendo progresivamente esa arquitectura escencialmente española. Las demandas del mercado exigieronesta disolución. Tengo que admitir que a Salta se la ve muy limpia. Estos cambios son consecuencia de la importancia del turismo.




Teleférico en la ciudad de Salta

Sin embargo, la concentración es evidente. Por ejemplo, en el primer pueblo más importante cercano a Salta se nota una significativa diferencia. En General Güemes, la pobreza es la mondeda corriente, muy diferente a lo que podemos ver en Salta y más aún en su centro, ya que hacia la periferia se quiebra este espejísmo de progreso.




Iglesia de San Francisco


La provincia de Salta refleja profundas desigualdades, pero aún tiene chances de revertir esta situación. Depende del pueblo y de sus gobernantes, esperanza del futuro.

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