Me siento esta noche a escribir en la oscuridad porque es tan caótico el mundo que me rodea que tengo la impresión de que si no lo expreso en palabras, todo pudiera desaparecer de un instante al otro, apareciendo todo como un sueño confuso, sin haber sido nunca verdad.
Mas el sueño en el que hoy vivo es más bien una pesadilla, y a pesar de ser espantoso, es a su vez radiante de energías, espléndido por sus defectos, emocionante por su atractivo.
Al mojar mi pluma la tinta con la que escribo es roja, mi inspiración es la sangre, es la violencia, la desdicha de este mundo. A la felicidad le voy a escribir, pero realmente me preocupa mas la violencia, su perfección, y a pesar de la imposibilidad de ser abolida, es mi objeto al menos hacerla visible ante los hombres, quienes hace unos años han vuelto a la ceguera que ya casi habían superado, aquella de los años de la servidumbre que aún no ha terminado.
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