En esta entrada voy a publicar casi todo la nota escrita por Pedro Ylarri para el Diario Perfil. La nota entera la podés leer haciendo click acá. Se las recomiendo, tanto a aquellos que los votaron como a quienes no lo hicieron, porque me hace pensar que buena fue su campaña política que logró convencer a la mayoría del padrón y ya podemos afirmar que no a cumplido con todo lo dicho(te recomiendo también que leas las promesas que formuló Macri para sus primeros 100 días de gobierno y las promesas para toda su gestión). A continuación el texto de Ylarri:
Fueron 183 días de una gestión acalorada, con decenas de ruedas de prensa cargadas de anuncios y denuncias, pero alejadas de la impronta ejecutiva que el PRO anunció como proyecto de cambio. En una maraña de problemas quedaron atrapados los temas claves reclamados por los porteños, como seguridad, limpieza de calles, bacheo y mejora en el tránsito.
El macrismo asegura que “avanza”, que está “haciendo Buenos Aires” y desterrando los “bolsones de corrupción”. Sin embargo, no son pocos los actores que señalan que la administración porteña “tarda demasiado en adaptarse y arrancar”. Incluso el termómetro de la percepción pública está mostrando inconformidad por la gestión Macri, incluso entre aquellos que lo votaron.
Las encuestadoras Management & Fit, Ricardo Rouvier, CIO Research y Universidad Abierta Interamericana (UAI) aseguraron a PERFIL que los últimos sondeos muestran que el jefe de Gobierno mantiene una imagen positiva relativamente alta (entre 45 y 62 por ciento), pero no ocurre lo mismo con la percepción de su gestión, en donde se percibe un creciente descontento.
Por ejemplo, en la medición de la UAI casi 40 por ciento respondió que Macri no tomó ninguna medida de gobierno, y 43,1 por ciento dijo no saber qué hizo en la gestión. Del mismo modo, el 40 por ciento de los consultados por Rouvier dijo reprobar los primeros seis meses de Macri al frente de la Ciudad, y la mayoría de ellos opinó que “no hace nada, no cumple las promesas de campaña”. “La imagen de gestión está en el umbral de la insatisfacción, un tercio de la gente la reprueba. La sociedad piensa que es una persona capaz, ejecutiva y correcta, pero sus votantes tienen mucha más expectativa”, explicó Rouvier a este diario.
Los consultados por la UAI no difieren de esta percepción, ya que 37,1 por ciento contestó “ninguno” cuando se le preguntó qué aspecto de la gestión porteña era el mejor, y 34,6 no supo qué contestar. “Aprobó leyes especiales para arreglar escuelas y sólo reparó dos. No hay insumos en hospitales y tiene muchos problemas de gestión. Macri tiene una fuerte subejecución de obras y para colmo se endeudó”, evaluó el ex jefe de Gobierno y hoy legislador Aníbal Ibarra.
Cuando se le preguntó por el escaso registro que tiene la gente de la acciones del Gobierno, Peña explicó a PERFIL que el conflicto entre la Nación y el campo hizo “correr el foco de las noticias”. De este modo contradijo a quienes sostienen que, por el contrario, la crisis del agro le permitió a Macri ganar tiempo y asentarse en la gestión.
En concreto, durante la transición y los seis meses de gestión Macri, la Auditoría dejó de controlar más de 15 proyectos, entre ellos el Instituto del Juego y la Línea H de subtes. Otro método kirchnerista que le atribuyen a Macri es la distribución de cargos en órganos descentralizados, como el Instituto de la Vivienda y la Corporación Buenos Aires Sur. Esta última entidad se hará cargo por mandato macrista de la urbanización de villas y la construcción de viviendas sociales. Las obras se regirán por la Ley de Contratos de Trabajo –destinada a empresas– y no por la Ley de Compras y Contrataciones, que intenta trasparentar los negocios del Estado.
“De la noche a la mañana, Suteba aceptó la intervención, y los dirigentes de la ObSBA nunca más volvieron”, aseguró a PERFIL un empleado de la mutual, que solicitó reserva. Un asesor de la CTA que conoce del conflicto confió que “Macri entendió que no se puede llevar puesto a cualquiera con el voto de la gente. Fijate que nunca más se habló de la libre opción de obra social”. Suteba evitó responder los llamados de PERFIL.
Entre peleas y denuncias, poco espacio le quedó a Mauricio Macri para encarnar el rol de líder de la oposición. Por propia voluntad decidió mantenerse al margen de los conflictos que jaquearon a la Nación: inflación y conflicto con el campo. Apenas lanzó una tibia crítica cuando sus asesores intentaron evitar que quedara en off-side. Para los voceros macristas y los operadores de la Nación, “la relación entre Macri y el gobierno K fue madura, salvo por algún chispazo con la Provincia”.
En las calles, mientras tanto, la primera campaña de autopromoción de la comuna es, al menos, sugestiva: “Haciendo Buenos Aires”. Postal de un gobierno que recién se apresta a poner primera.
Preocupación. La dura puja electoral llevó a Macri a presentar propuestas de difícil realización en plazos cortos. La opinión pública hoy le pasa factura por eso
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Polémicas, denuncias, intervenciones de entes autónomos, censo de personal, conflictos con la Justicia, gremios y dirigentes de la oposición, paro de empleados, renuncia de funcionarios y leyes para flexibilizar la burocracia estatal. Todo eso dejaron los primeros seis meses de Mauricio Macri al frente del Gobierno de la Ciudad.
Fueron 183 días de una gestión acalorada, con decenas de ruedas de prensa cargadas de anuncios y denuncias, pero alejadas de la impronta ejecutiva que el PRO anunció como proyecto de cambio. En una maraña de problemas quedaron atrapados los temas claves reclamados por los porteños, como seguridad, limpieza de calles, bacheo y mejora en el tránsito.
El macrismo asegura que “avanza”, que está “haciendo Buenos Aires” y desterrando los “bolsones de corrupción”. Sin embargo, no son pocos los actores que señalan que la administración porteña “tarda demasiado en adaptarse y arrancar”. Incluso el termómetro de la percepción pública está mostrando inconformidad por la gestión Macri, incluso entre aquellos que lo votaron.
Las encuestadoras Management & Fit, Ricardo Rouvier, CIO Research y Universidad Abierta Interamericana (UAI) aseguraron a PERFIL que los últimos sondeos muestran que el jefe de Gobierno mantiene una imagen positiva relativamente alta (entre 45 y 62 por ciento), pero no ocurre lo mismo con la percepción de su gestión, en donde se percibe un creciente descontento.
Por ejemplo, en la medición de la UAI casi 40 por ciento respondió que Macri no tomó ninguna medida de gobierno, y 43,1 por ciento dijo no saber qué hizo en la gestión. Del mismo modo, el 40 por ciento de los consultados por Rouvier dijo reprobar los primeros seis meses de Macri al frente de la Ciudad, y la mayoría de ellos opinó que “no hace nada, no cumple las promesas de campaña”. “La imagen de gestión está en el umbral de la insatisfacción, un tercio de la gente la reprueba. La sociedad piensa que es una persona capaz, ejecutiva y correcta, pero sus votantes tienen mucha más expectativa”, explicó Rouvier a este diario.
Los balances de la oposición hacen eje justamente en la inacción, algo que Macri criticó por doquier en campaña. “No quiero ser injusto, pero si tuviera que mencionar una acción en los seis meses de gobierno, sólo recordaría la intervención a la Obra Social de la Ciudad (ObSBA)”, dice el ex jefe de Gobierno Enrique Olivera, hoy jefe del bloque de la Coalición Cívica en la Legislatura.
Los consultados por la UAI no difieren de esta percepción, ya que 37,1 por ciento contestó “ninguno” cuando se le preguntó qué aspecto de la gestión porteña era el mejor, y 34,6 no supo qué contestar. “Aprobó leyes especiales para arreglar escuelas y sólo reparó dos. No hay insumos en hospitales y tiene muchos problemas de gestión. Macri tiene una fuerte subejecución de obras y para colmo se endeudó”, evaluó el ex jefe de Gobierno y hoy legislador Aníbal Ibarra.
Subejecutados. La subejecución de presupuestos fue reconocida por el propio Ministerio de Hacienda, que informó que la mayoría de las áreas apenas invirtieron 20% de las partidas aprobadas por la Legislatura el año pasado. La cifra en algunos casos llega a menos de 10%, como en Ambiente y Espacio Público (7,8% en el primer trimestre), en equipamiento de salud (0,45%) y en obras en salud (1,8 %).
Pero este tema no genera preocupación en Bolívar 1. El secretario general de la Jefatura de Gobierno, Marcos Peña, consideró que la gestión Macri logró en seis meses “consolidar la deuda flotante, reorganizar las compras y contrataciones y sentar bases para sí en el segundo semestre solucionar los problemas de la gente. Necesitábamos hacerlo porque recibimos un gobierno desastroso, con un parate en las obras”.
Cuando se le preguntó por el escaso registro que tiene la gente de la acciones del Gobierno, Peña explicó a PERFIL que el conflicto entre la Nación y el campo hizo “correr el foco de las noticias”. De este modo contradijo a quienes sostienen que, por el contrario, la crisis del agro le permitió a Macri ganar tiempo y asentarse en la gestión.
(...)
Fuentes de dos órganos de control de la Ciudad, que solicitaron reserva, advirtieron que los mecanismos de Macri para gestionar se “asemejan al método kirchnerista”. Según afirman, las flamantes agencias de Medio Ambiente y Turismo, así como otras cinco que se preparan, logran evadir los controles tradicionales de la Auditoría General de la Ciudad.
En concreto, durante la transición y los seis meses de gestión Macri, la Auditoría dejó de controlar más de 15 proyectos, entre ellos el Instituto del Juego y la Línea H de subtes. Otro método kirchnerista que le atribuyen a Macri es la distribución de cargos en órganos descentralizados, como el Instituto de la Vivienda y la Corporación Buenos Aires Sur. Esta última entidad se hará cargo por mandato macrista de la urbanización de villas y la construcción de viviendas sociales. Las obras se regirán por la Ley de Contratos de Trabajo –destinada a empresas– y no por la Ley de Compras y Contrataciones, que intenta trasparentar los negocios del Estado.
Incomunicado: (...)Macri quedó preso de una especie de “esquizofrenia mediática”, ya que fue el primero en salir a hablar a los medios para denunciar, aunque retrocedió sin dudar cuando su imagen podía ser herida. Algunos ejemplos: ante reclamos de vecinos y la oposición decidió desplazar a su amigo Nicolás Caputo, mantuvo en funcionamiento el canal Ciudad Abierta, anuló obras en Parque Chacabuco y Almagro por pedido de vecinos, y levantó en tres horas medidas para instaurar carriles doble mano en varias avenidas porteñas. Cuando el jueves pasado anunció un vasto plan de reordenamiento vehicular debió aclarar que no daría marcha atrás aunque las medidas fueran criticadas.
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Menos clara resultó la batalla con Suteba por la intervención de la ObSBA. Macri promovió una ley que autorizó la intervención, denunció al gremio, plantó cámaras en la puerta de la mutual para verificar el robo de información y apeló dos decisiones de la jueza Elena Liberatori.
“De la noche a la mañana, Suteba aceptó la intervención, y los dirigentes de la ObSBA nunca más volvieron”, aseguró a PERFIL un empleado de la mutual, que solicitó reserva. Un asesor de la CTA que conoce del conflicto confió que “Macri entendió que no se puede llevar puesto a cualquiera con el voto de la gente. Fijate que nunca más se habló de la libre opción de obra social”. Suteba evitó responder los llamados de PERFIL.
Entre peleas y denuncias, poco espacio le quedó a Mauricio Macri para encarnar el rol de líder de la oposición. Por propia voluntad decidió mantenerse al margen de los conflictos que jaquearon a la Nación: inflación y conflicto con el campo. Apenas lanzó una tibia crítica cuando sus asesores intentaron evitar que quedara en off-side. Para los voceros macristas y los operadores de la Nación, “la relación entre Macri y el gobierno K fue madura, salvo por algún chispazo con la Provincia”.
En las calles, mientras tanto, la primera campaña de autopromoción de la comuna es, al menos, sugestiva: “Haciendo Buenos Aires”. Postal de un gobierno que recién se apresta a poner primera.
Asentamientos. Los residentes de las villas porteñas están ahora menos preocupados por perder sus hogares que seis meses atrás. Sucede que las promesas de Macri de urbanizar los asentamientos quedaron sumergidas “en la burocracia estatal”, según dijo a PERFIL un miembro de un órgano de control. Macri traspasó la urbanización a la Corporación Buenos Aires Sur, que no se rige por las leyes referidas al Estado. “No sólo no se construyó, sino que el IVC no entrega las casas ya construidas porque no conocen el mecanismo burocrático para hacerlo”, advirtió el legislador Diego Kravetz. El dato fue reconocido a PERFIL por un gerente del IVC.
Escuelas. La necesidad era clara: reparar antes de que comenzaran las clases la mayoría de las 400 escuelas con problemas de infraestructura. La cartera porteña aseguró que “fue la primera” en lanzar planes de inversión. Para ello contó con una ley de emergencia educativa destinada a agilizar obras. Para la oposición, los resultados no están a la vista. Aníbal Ibarra destacó a PERFIL que “en tres meses sólo se ejecutó 0,5% del presupuesto para obras y 0,005% del gasto previsto para equipos”. A eso se sumó el problema de la falta de calefacción, que desató protestas en los colegios. Macri reconoció que 50 escuelas no tendrán gas.
Seguridad. Antes de asumir, el PRO logró lo que ningún otro gobierno consiguió desde 1996: derogar la Ley Cafiero. El macrismo lo considera un logro y reconoce que “es apenas el primer paso”. En el Gobierno nacional, en cambio, creen que se sacaron un peso de encima porque ahora compartirán responsabilidades con el Gobierno porteño. Macri no pudo conseguir el traspaso de fondos que reclamaba y la prometida policía porteña recién podría estar operativa en 2010. En tanto, la percepción de inseguridad no cae.
Residuos. El plan del macrismo para limpiar las calles incluía formalizar la actividad de los cartoneros, distribuir contenedores “en todas las esquinas” y promover la separación de la basura en los hogares. La primera propuesta retrasó a las otras, en especial cuando la Nación cerró el Tren Blanco, que llevaba a los cartoneros desde Retiro hacia el norte del Conurbano. “Hubo desalojos pero también acuerdos”, dijo a PERFIL un trabajador de Higiene Urbana que no pertenece al macrismo. La percepción general es que el tema de la suciedad en las calles está igual que antes.
Hospitales. PRO había propuesto reducir la espera en hospitales a través de un sistema informático y de la apertura de salitas barriales. Las ideas quedaron relegadas por una serie de polémicas en el área de salud: la pretensión de privilegiar a los porteños en la atención, la intervención de la ObSBA, el anuncio de cierre del Borda y el Moyano y la centralización de compras de insumos. En tres hospitales dijeron a PERFIL que persisten la falta de personal y las colas para sacar turnos. Para Kravetz, Lemus “logró lo que la crisis no pudo: desabastecer de insumos los hospitales”.
Baches. El famoso “salto al bache” generó la obligación de dejar sin pozos la Ciudad, un objetivo muy lejano todavía. El primer anuncio sobre el tema ocurrió el 9 de enero, cuando Macri lanzó una licitación para reparar 4.500 cuadras en tres años, por 500 millones de pesos. Las obras comenzaron en tres barrios del oeste, hasta que el 22 de mayo renunció el subsecretario de Espacio Público, Carlos Tramutola, jefe del programa. Macri anunció días después otro plan por 500 millones por año, para llegar en 24 meses “a un nivel de no bache”.
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